" El resplandor sombrío " - Podcast - ( Un breve relato de ciencia ficción ) - Autor : Agustín Hernán Borrajo ( agufire ) Aquel invierno la luz y la sombra intercambiaron sus caminos. Temporalmente olvidaron cómo brillar y también cómo oscurecer. La luz del Sol, el fuego, las lámparas y sus reflejos se volvieron sombras. Por primera vez nuestros ojos conocieron las luces negativas, el fuego negruzco, las sombras luminiscentes y la incandescencia obscura. Enigmas visuales multiplicarían el silencio de cada día fantasmal agobiado por estrellas quemadas. Contradicciones ópticas celebraron la llegada de nuestro protagonista nocturno, el resplandor sombrío. Un faro olvidado proyecta tinieblas que adormecen el día y desvelan irreales campos de flores noctámbulas. Una esquina sin nombre ofrece puertas cerradas a breves sombras translúcidas hijas de escasas ramas delgadas irreverentes a la Luna mala. Nubes erráticas y adormecidas esconden un ojo castaño que debuta en los cielos de resplandor gris. Un rumor lumínico y atonal altera los silencios sagrados. Antiguos palacios sucumben a la oscuridad de la luz errónea. Atardece nunca. Amanece cielo nocturno. Los no humanos aceptaron la noche inentendible así como también aceptaron la luz del Sol cuando el Sol brillaba sano. Continuaron su vida diurna entre colores negados y penumbras que iluminan la ocasional lluvia opaca. Olvidaron el reflejo naranja del alba en las edificaciones en donde fue visto por última vez el fulgor. Un ser nocturno espera solitario el color flama en el horizonte pequeño de las aguas del puerto. Lo espera sobre un cristal agredido por vientos mudos que expulsan cortinas de nubes. Sabe que una vez más lo sombreado será su único Sol . Ocasionalmente le rendirá culto a la llama eléctrica. Una invención que combate la luz negra pero que a cambio le brinda luz carmesí. Una razonable tregua a la negrura de la negación lumínica perpetua. Afuera, profundos rayos de Sol ocre desafían lo transparente mientras en un lugar ajeno a lo humano un ritual de tonos de luz comienza. Múltiples reflejos paralelos acompasan una predicción evidente. Un antiguo hechicero de resplandores plomizos recuerda la melodía que embriagó al joven Sol mientras digita los códigos olvidados que devuelven la luz blanca a las lámparas recordadas. Aconseja a las sombras ofendidas animándolas a retornar a su sueño. Absuelve a los enemigos que nublaron la luz. Perdona a las mechas aceitadas que brillaron almas de sombras negativas. Ensordece la luminiscencia que propaga relámpagos de negro azabache. Discontinúa las tormentas que parpadean destellos sordos en oscuros tonos bordó. Comienza a escuchar la luz blanca antes que ésta se separe de la sombras. Percibe las vibraciones mecánicas del brillo y la penumbra eclipsante. Detiene la melodía y siente frío. Su tarea ha concluido. Aquel invierno la luz que ilumina y la sombra que oscurece continuaron andando sus caminos de siempre.